El reciente estudio realizado por Adecco en colaboración con Garrigues, Fremap, la Universidad Carlos III, AMAT, la UNED y la Asociación española de Especialistas en Medicina del Trabajo -VI Informe sobre Absentismo- señala que la tasa de absentismo ha subido en España hasta un 4,8% en 2016, por encima del aumento del PIB y del empleo. Indica también que el factor determinante de este fenómeno es el número de horas no trabajadas por Incapacidad Temporal (IT), que creció un 6%. Según Adecco, existe una necesidad de «racionalizar los horarios laborales y mejorar los sistemas y prácticas de flexibilidad horaria y de calendario laboral, que faciliten la conciliación de vida laboral y personal». La tasa de absentismo, según se afirma en el informe, es superior en las mujeres que en los hombres, justificado por la mayor asunción de responsabilidades familiares en la sociedad actual por parte de aquellas. De igual forma estima necesario disminuir el número de días de baja de los trabajadores mayores de 49 año, al ser más elevados que el resto. En definitiva, viene a señalar que madres y personas mayores son colectivos a tener especialmente en cuenta a la hora de analizar el fenómeno del absentismo. ¿Cuáles son las razones que determinan que sea la madre la que asuma más faltas en el trabajo? Parece que una de ellas puede estar en el actual modelo social y político, en el que se promueve y aceptan socialmente medidas de conciliación para la madre, en lugar de para ambos géneros. Son precisas medidas para ambos, tal y como apunta Adecco. Por otro lado, los trabajadores se hacen mayores. Según el estudio del INE (Proyecciones de Tasas de Actividad Globales y Específicas por Grupos de Edad y Sexo 2011-2026), la edad más frecuente de los trabajadores pasó de 35 años en 2011, a 40 años en 2016; será de 45 años en 2021 y 50 años en 2026. Esto producirá una disminución en las tasas globales de actividad, dada la menor tasa de actividad en las edades más avanzadas. No debemos olvidar la decisión política de retrasar la edad de jubilación. Parece más probable que, mientras más mayores, más “achaques puedan surgir”, e incluso menos se esté dispuesto a soportar el no uso del derecho de la incapacidad temporal (que algunas empresas y mutuas exigen), cuando la salud sí lo requiera. Se ha vuelto a una tasa de absentismo pre crisis, la del año 2009. Tal vez el trabajador ha vuelto a la deseable normalidad de poder disfrutar de las bajas médicas necesarias para recuperar su salud, cuando sea preciso, a las que durante el tiempo de crisis no se podía acoger por miedo a que se prescindiera de sus servicios. Parece pues que las tasas de absentismo no son ajenas ni a las políticas de aumento de la edad de jubilación, alargando injustamente la vida laboral, ni a la inexistencia de políticas de conciliación efectivas para acabar con la discriminación hacia las mujeres, debido a que las tareas de cuidados recaen casi exclusivamente en ellas. Resulta recomendable la lectura del informe de febrero de 2017 del Observatorio de la Caixa (https://observatoriosociallacaixa.org/es/-/los-permisos-parentales-como-instrumentos-para-la-igualdad-de-genero), que evidencia que las mujeres usan más y durante más tiempo los permisos que los hombres: “La distancia con los hombres es especialmente intensa en las excedencias y reducciones de jornada, es decir, cuando no existe remuneración; en esos casos, las mujeres multiplican por 10 las tasas de uso de los hombres. Parece evidente, por tanto, que los permisos remunerados exclusivos para los hombres promueven su utilización, mientras que cuando no hay salario de sustitución, su participación se reduce drásticamente”. En definitiva, que es la mujer la que se aparta del trabajo, permitiendo la continuidad laboral del padre.
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Jun '17